
Ya pasada la primera semana en Australia y con 7 días sobre el cuerpo en Melbourne, el cuento va teniendo un desarrollo bastante positivo. La ciudad es descarada,hasta en lugares históricos he estado (foto). Para mi gusto es harto más mejor que Sídney. Allá la cosa es más estilo Santiago; ajetreado, mucho auto, mucho stress en camisa y corbata, para allá y para acá, un estilo de ciudad bastante más cercano al de EEUU. De hecho, así al ojo no más, allá la cantidad de Góóóóórrdos Górrdos (obesos mórbidos) es bastante más alta que acá. Lo que sí me saco el sombrero, es que tienen monorriel, tal cual en los Simpson.
Me quedé con el pendiente de subirme y conocerlo por dentro, pero es bastante sexy. Es chica la cuestión, da vueltas por el centro no más, pero le trae bueno.
Acá en Melbourne, el modo es el tranvía y el tren. Tranvías hay para todos lados, y el tren, que en realidad funciona de metro, lo mismo. Caras las huevás si, pero como todo es caro, no te das cuenta. Comparaciones más, comparaciones menos, mi conclusión es que Sídney tiene el modo gringo y Melbourne un modo más europeo. Chilenizando la comparación y manteniendo las proporciones, Sídney anda como por Viña del Mar y Melbourne por Valparaíso.
Melbourne no tenía ninguna razón de ser mi primera estadía en Australia de no ser por mi amiga “La Señora”. Para los que no la conocen, la Señora es un amigo de sexo masculino cuyo sobrenombre, por razones que no voy a puntualizar ahora, es ese. Vivió en estas mismas tierras por largos 8 meses, hasta febrero pasado. Durante su estadía, además de no sé que mucho habrá hecho, pero no creo que haya sido mucho, trabajó con Marcello (Se pronuncia Marchelo y con acento italiano). Este personaje es un constructor que construye. Construye casas, edificios, oficinas, incluso, a lo mejor, hace techos para su país, que se yo; el punto es que invitó a la Señora a trabajar con él (no voy a decir “contrató” porque no hay un documento que avale dicho verbo). En fin, el punto es que la Señora trabajó con él durante un tiempo y, cuando decidí que mi siguiente etapa estaba en el país continente, gestioné el que me hiciera el contacto para partir con algo más o menos definido mi periplo por estas tierras. Conclusión, Marcello vio con buenos ojos el continuar con el legado criollo y aquí estoy.
La pega en sí no es mayormente demandante en términos intelectuales. No sé qué o cómo habrá sido lo que desempeñó específicamente la Señora, pero en lo que a mí respecta, la pega ha sido netamente picunche. ¿Por qué picunche?, se preguntará usted, señor(a) lector(a). Picunche, porque todo lo que he hecho hasta hoy ha sido recolectar. Recolectar mugre. Ladrillos rotos, ladrillos malos, huinchas que alguna vez sujetaron ladrillos, planchas de cholguán (que vienen con los ladrillos), tierra, restos de concreto, sacos de cemento vacíos, entre otras muchas cosas que una construcción deshecha. Pala y carretilla de por medio, todo directamente depositado y concentrado en un carro y luego transportado a uno de los varios depósitos de basura que hay acá.
Como deberían imaginar, acá los vertederos no son como en Chilito. Acá cada cosa lleva su nombre. Los metales, con los metales. Los vidrios, con los vidrios. El resto, con el resto. Pero en “el resto”, no se contemplan los plásticos, los papeles y cartones, ni los materiales biodegradables. Todo eso lo depositan, cada uno en su casa, en un tacho aparte que va a un lugar aparte. No se para donde, pero debe ser a un lugar mejor que el vertedero. Vamos aprendiendo.
Mientras escribo estas líneas, debería ya estar durmiendo. Es sábado. Tres y media de la mañana y en 3 horas más debo estar saliendo a mi lugar de trabajo nuevamente. ¿Me salí de contexto? No. Quiero enfatizar el punto en que mañana es mi tercer día de trabajo, y comenzaré una nueva labor; instalar el aislamiento de las casas. Super raro, pero me aislaré super harto. No voy a estar de picunche todo el tiempo.
En términos de alojo, me quedé los primero días en un hostal. Hostal promedio, nada del otro mundo, pero golea al que me quede en Sídney; tenía ascensor y mi pieza quedaba en el segundo piso. Ya no quería más guerra con escaleras y sobrepeso sobre el sobrepeso. Pero ninguna maravilla. Nuevamente me refiero a la Señora para puntualizar que fue ella quien me recomendó este lugar, sólo que con ese dato debí haber hecho oídos sordos; a una cuadra había uno que te conseguía pega y, además, te daba desayuno. No voy a referirme a la masterpiece femenina que vi en dicho hostal cuando me metí a ese hostal a usurpar desayuno ajeno, porque me ensañaría con mi buena amiga, la Señora. En fin, así es la vida.
Luego de 2 noches en ese hostal, me vine a donde estoy viviendo ahora. Por medio de una página web encontré este lugar. Un australiano que está haciendo la misma huevá que tanto me di vueltas para hacer el Chile y que, claramente, nunca hice. Arrienda una casa y la sub-arrienda por pieza, pero con la diferencia que, siendo tantos los backpackers (mochileros)que recaen por acá, que la sub-arrienda por cama.
Resumen; una casa de fines del 1800, cercana a la universidad de Melbourne, en un barrio muy parecido a Providencia-Bellavista, de unos (mas menos) 200 m2, 6 piezas y 30 camas. Comparto pieza con 5 personas. Todos en las mismas que yo y bastante cosmopolita. Con decirles que, a pesar del no despreciable conocimiento geográfico que creo tener, hay una mina de una isla francesa que no tengo idea donde cresta estará. “La Reuniòn” (ojo con el acento al revés, que no es casualidad). No se hagan los que saben, porque no tienen idea donde está. De hecho, me llega dar un poco de pena.
- “Oh, where are you from?”
- “
La Reuniòn!”
- “What the fuck is that???”
Y ahí empieza la pobre a dibujar mapas en lo que encuentre más cerca para hacerle entender al ignorante promedio donde queda su casa. Me dio risa su situación hasta que me acordé que, cuando viví en Estados Unidos, los gringos pelotas creían que Chile estaba en Africa y se sorprendían porque teníamos electricidad. Para que vean que la vida no es fácil aquí ni en la quebrada del ají. Tampoco en La Reuniòn.
En fin, simpático Reality el que estoy protagonizando en esta casa. Hasta hoy, estaba habitado básicamente por alemanes. En otro momento les voy a contar lo plagado de alemanes que están estas tierras. Se me ocurre, de vez en cuando, que estos teutones duros de cuesco están nuevamente tratando de tomar el control del mundo, pero esta vez haciéndose pasar por turistas. Con decirles que, luego de más de una semana por acá, he mejorado más mi alemán que mi inglés. So ist das leben.
Punto aparte el tema higiénico. Les contaba que en la casa hay 30 camas. Bueno, 30 lugares para dormir y 24 camas, de momento. De hecho, la primera noche dormí (como el natre) en un sillón. El tema es que sólo hay 1 ducha. Sí, una ducha. Yes, 1 shower. Podrán entender lo que es una ducha para 30 seres humanos. Yo no lo pude entender y corte por lo sano. Lo que cualquier weón con dos dedos de frente hubiera hecho en esta situación; no me ducho. Obvio, quien se va a duchar si tiene que lidiar con la huevá de ducha contra otros 29 pelagatos. Así que qué tanto, si total igual después me ensucio y me pongo hediondo igual no más…
No, la verdad es que cambie los hábitos no más. Y es lógico. Entro a trabajar a las 7.30 am en la contru. Para qué cresta me voy a duchar a esa hora, mejor me ducho a la vuelta, cuando nadie está duchándose ni a la espera de la ducha. Me lavo presa por presa en la tarde cuando llego y se acabó. Además, que la mayoría entra a trabajar a la misma hora que yo, poco más, poco menos. No tiene sentido y sería contraproducente ducharme AM.
Como les contaba, la casa en que vivo es bien despelotada de momento. El weón que gobierna la huevá es más desordenado que orgía de pulpos. Fue exactamente eso lo que me abrió las pepas para quedarme acá. Cuando me vine tenía sólo 2 de las 6 piezas acondicionadas para albergar decentemente Australopitecos como yo. Hoy, ya tiene 5, de las cuales 2 las armé yo, con el consecuente descuento en mi renta semanal. Nos llevamos harto bien con el compadre, así que ya estoy moviendo los hilos para ir agarrando papeles más administrativos del lugar. Así que, sin querer queriendo, al segundo día de estar acá, y sin siquiera haber comenzado la pega que me trajo a Melbourne, ya tenía una segunda pega. Bien.
Punto aparte la internacional fauna con la que convivo. Independientemente de la nacionalidad, comparto lugares comunes con prácticamente toda la era Jurasica; VelociBodrios, TiranoBodrios-Rex, GigantoBodrios, AustralopiBodrios, MegaloBodrios, Bodrioraptors y todos los BodrioSaurios en general. Mala cueva dijo el conejo, sólo que este no se cambio de hoyo y se adaptó a las condiciones medioambientales imperantes.
Así con la etapa 1.
Como sólo comienza y el ministerio de censura es implacable en sus condiciones para permitirme esta publicación, no es mucho más lo que puedo contarles de momento. Hay aún algunos puntos que dicho estamento gubernamental me permite contarles, pero lo dejaré para siguientes ocasiones.
See you, mates!
PD. Este post está incompleto. Faltan fotos. Ya vienen.